miércoles, 25 de marzo de 2009

De niña mimada a empresaria... para muestra, un botón: Antonella Zanchi


Desde niña, Antonella Zanchi sintió un inmenso amor por la tagua. Su relación con la Phitelephas aequatorialis, nombre botánico de esta palma, comenzó gracias a Giovanni Zanchi, su abuelo italiano, quien llegó a Manta en 1936 para investigar las bondades de la tagua y su potencial comercial. Él nunca volvió a su país natal, sino que se dedicó a la industrialización de la tagua y montó una fábrica de botones de este material, cuyo nombre es Herederos de Giovanni Zanchi y aún existe en Tarqui, a pocos minutos de Manta.
Su hijo Ángelo tomó la posta en el negocio y ha sido su nieta Antonella -hija de Ángelo- quien ha seguido esta tradición con resultados favorables. Actualmente, ella está al frente de AZ Designs, una empresa de diseño de botones y joyas de tagua que factura USD 30 000 mensuales. Antonella Zanchi es, según sus allegados, una mujer hiperactiva y estricta, “más bien perfeccionista”, dicen sus hijas Susana y Pamela Delgado Zanchi. De hecho, parece que su fuerza de carácter fue uno de los ingredientes para el éxito del que hoy disfruta. A pesar de que durante su infancia fue sobreprotegida por su familia a causa del asma que padecía, con el tiempo Zanchi demostró a ellos y al mundo que tiene toda la capacidad de luchar. Siguiendo la tradición de su época, esta mujer, que cuenta con orgullo que en pocos meses cumplirá 50 años, se casó antes de los 20. Desde entonces, su vida transcurrió entre el cuidado de sus tres hijas -Verónica María, Susana y Pamela-, su trabajo en la agencia cambiaria de su padre y su pequeña fábrica de figuras de tagua. Pero un día su existencia dio un giro inesperado y decidió comenzar una nueva vida con sus hijas. Cambió su domicilio de Manta a Quito y empezó a trabajar como ejecutiva en la cambiaria Casa Paz. “Nuestra mamá es un ejemplo”, dice Susana, su segunda hija. “Ella nos mantuvo sin ayuda y nos sacó adelante”.A pesar de que nunca se desvinculó totalmente de la tagua -aunque cerró su fábrica de figuras de este material, en Manta-, ella sentía lo que ella misma define como “el llamado de la tagua y su energía”. Así que empezó a comercializar, en Quito, los botones de tagua que se producían en la fábrica de su padre. Al principio, el negocio marchaba lentamente y no faltaban motivos para el desánimo. “Yo llevaba los botones en una cajita, de negocio en negocio. Con paciencia explicaba a los clientes las bondades de este material: que es ecológico, resistente, noble... que le agregaría un gran valor a las prendas”. Muchas veces le cerraban la puerta en la cara y simplemente optaban por los botones sintéticos. Fiel a su temperamento, no desmayó en su empeño por sacar adelante el negocio y en 1996 alquiló un pequeño local ubicado al costado del Centro Comercial El Bosque, en el noroccidente de Quito. “Pagaba 700 000 sucres de arriendo (alrededor de USD 250 al cambio de la época) con los ahorros”, recuerda. En aquel tiempo apenas vendía 50 sucres diarios en botones”. En ese tiempo, llegó a su local Juan Carlos Aguilar, un chico de 18 años, con aspecto de roquero, en busca de trabajo. Antonella Zanchi decidió contratarlo como su ayudante. “La señora Antonella iba con una caja de botones y yo con otra”, recuerda Aguilar. Actualmente, él usa corbata, dejó el cabello largo, escucha música romántica -la favorita de Zanchi- y es su mano derecha en la empresa. Con las dos cajas de botones a cuestas, llegaron a Industrias Pinto, empresa que desde entonces figura en la lista de clientes a los que AZ provee de estos accesorios. Robinson Miño, ejecutivo del departamento de compras de Pinto, explica que su empresa los escogió como proveedores hace más de 10 años, porque los botones que ofrecen son 100% de tagua. “Sabemos que hay garantía y que cualquier problema lo resuelven rápidamente”. Miño hace alusión a una dificultad que hace algunos años tuvieron con el tinte de los botones, pero Zanchi supo solucionarlo y conservó el cliente.
Con el tiempo, el negocio de los botones empezó a quedarle chico a Antonella Zanchi y se lanzó al campo del diseño de joyas. “Lo aprendí como casi todo lo que sé: en la escuela de la vida”, dice entre risas y suspiros. Empezó a combinar colores, formas, tamaños... a crear collares, aretes, pulseras y otros accesorios que armaba junto a sus hijas con apliques de plata, joyas semipreciosas, cristales de swarovski. También vende las cuentas por separado y da cursos de bisutería. Con el tiempo, lo que al principio se llamaba Tagua, boutique del botón y, más tarde, Tagua Zanchi, se convirtió en Antonella Zanchi o AZ Designs of nature. Fue recientemente convertida en empresa y con ambiciones de franquiciar “en todo el mundo”, según su creadora, pues ya exporta USD 4 000 mensuales a Europa. Otros usuarios de los diseños de AZ son las presentadoras Ana María Serrano, Janeth Hinostroza, Marisa Sánchez, la ex Miss Mundo Ecuador 2006, Rebeca Flores -su ajuar incluía varios diseños de AZ en Miss Mundo 2006-, el diseñador Fabrizio Célleri, entre otros. Célleri recuerda con cariño la ocasión en que compartió con Antonella Zanchi en el Fashion Week 2005, realizado en Guayaquil. “En esa ocasión usé accesorios de tagua de Antonella Zanchi para mis prendas de mezclilla. Es una mujer con un gusto exquisito”, opina el modisto. Zanchi también tiene, durante el año, la visita de diseñadores alemanes y de la Escuela de Joyería de Florencia, Italia. El trabajo ocupa gran parte de su tiempo, pues atiende su local de lunes a sábado. “Desde las cuatro de la mañana está dando vueltas por la casa”, dicen sus hijas. “Es que cuando despierto tengo frescos en mi mente los diseños con los que soñé y debo dibujarlos”, se excusa Zanchi. Pero eso sí, el domingo es el día en que se dedica a atender a su familia. “Cocino las recetas italianas que aprendí de mi familia para mis hijas y mis tres nietos”. Viaja con frecuencia a Miami y a Europa para buscar nuevas gemas, piezas y apliques para combinarlos con la tagua. Su próximo destino es China, a donde irá a explorar nuevas oportunidades. “Jamás descansa”, dicen sus hijas y empleados. Así es.
Pieza por pieza

Pasatiempos: Antonella Zanchi disfruta de la lectura, en especial de las obras de Brian Weiss, autor de EE.UU. experto en reencarnación.
Bisutería: AZ designs of nature tiene bisutería de los más variados precios. Desde porta celulares, a USD 2,50, hasta collares de USD 200

No hay comentarios:

Publicar un comentario