MANTA, Manabí EFE
Chileno que elabora en Manta joyas del marfil vegetal busca que ecuatorianos las vendan en España.
El bosque húmedo puede ser una fuente de ingresos para algunos de los miles de ecuatorianos que han emigrado en busca de mejores condiciones de vida. Eso es, al menos, lo que espera el chileno Rolando García, que busca en España a ecuatorianos que quieran participar en la venta de “joyas del bosque húmedo”, nacidas de la semilla de una palma silvestre.
De ella se saca la tagua, conocida como marfil vegetal, con el que García, gerente de la empresa Bototagua, comenzó a fabricar collares de alta calidad para exportarlos a diversos países, en especial europeos. La palma produce anualmente hasta quince mocochas, que son mazorcas de cáscara dura con salientes, que protege unas 30 pepas o nueces, de las cuales se hacen los collares.
María Raquel Medranda, diseñadora de los collares, dijo que en España ya se han publicado avisos en la prensa para tratar de contactar ecuatorianos para que participen en la comercialización de las joyas, y adelantó que un empresario español, cuyo nombre no reveló, visitará pronto el país para estudiar el posible negocio.
La primera relación de García con la tagua data de hace muchos años y se concentró principalmente en la fabricación de botones que vende en países de Europa, América y Asia. No obstante, en su empeño por promover la creación de microempresas dedicadas a la bisutería, en un inicio intentó vincular a los emigrantes en la comercialización de partes de collares para que los confeccionaran en los países a donde viajaron. A esa iniciativa, que no tuvo éxito, le sigue el intento para que los emigrantes se involucren en la comercialización de la joya armada en los talleres de Manta, en Manabí.
En la fábrica donde el tratamiento de la semilla de la tagua se hace de manera semiartesanal, García emplea a 40 personas que, junto con máquinas y productos químicos, logran la mutación de la dura semilla negra de tagua en piezas de distintos colores, formas y tamaños que dan paso a la “joya del bosque húmedo”.
Tras pasar por secadores, pulidores, cortadores, abrillantadores y por la sección de tintura, la rústica semilla, dura y negra por fuera y blanco y beige por dentro, se convierte en partes de collares, aretes y otros artículos que podrían convertirse en una fuente de ingreso para quienes emigraron.
Con diseños propios y la mezcla de cáscara de coco, metal y filamentos elásticos de nailon, meticulosas mujeres pasan horas confeccionando collares, pulseras, llaveros e incluso adornos para celulares.
Un mundo cromático envuelve a las joyas del bosque húmedo, que distribuyen a través de la empresa Foresta y que Medranda se niega a encasillar en un estilo, pues busca “ir más allá de las modas”, y con el que García tiende lazos a los emigrantes para consolidar un negocio que puede ser “una gran joya” para los involucrados, dijo.
DETALLES: Semillas
La palma
El nombre científico de la palma silvestre de la cual se obtiene la tagua es Phytelephas Aequatorialis.
Venta
El proyecto de comercialización de las joyas va dirigido a los ecuatorianos que dejaron el país.
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